Cantata para una rumia mental

La rumia habita en nuestro cotidiano, aquello que fue y las posibilidades de lo que será viven en nosotres. Ariel nos muestra sus cicatrices (algunas todavía abiertas) y nos presta su historia. A veces es difícil seguir su discurso, en poco tiempo entendemos que vivió mucho, como quien vive dos vidas en una sola. El amor, la posibilidad de xaternar, la colimba, el fracaso de la adultez, la dictadura, los baños, el amor, las caídas de la infancia, la peste, los 80s, todo en su memoria que vuelve como espuma y queda flotando en forma de rumia. Es fácil entender que su historia no solo habla de él, sino de una comunidad, incluso de la historia de una nación.
Quien vivió mucho puede creer que no tiene nada para compartir con quien vivió menos, sin embargo, en este encuentro transgeneracional, lo que importa es el suceso y sus desencadenantes, que pasó antes y que pasó después es solo coincidencia traída por alguna diosa del tiempo que juega con nuestra percepción.
Cuando empezamos a escribir esta obra Ariel me preguntó por qué sería interesante lo que tenía para contar, ojalá que esta obra alcance como respuesta. Juego a ser el mar donde tiraste las botellas, y la espuma que las trajo de vuelta, el mensaje, el mensaje sos vos.
“Peinarme para ir a dormir, entrar vestida al mar, cocinar rico con lo que hay, celebrar la amistad y pasarlo con gracia.”

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