El Quinteto Ullmann nacio con una conviccion con la fuerza de certeza: el tiempo dorado del tango no fue un hecho fortuito arbitrario ni estatico sino la expresion por excelencia, una estetica madura que habia evolucionado, en forma lenta pero persistente, desde principios del siglo XX. Bajo esa experiencia, el Quinteto Ullmann irrumpio en escena con un manojo de tangos clasicos, abordados desde una perspectiva actual. Sin negar la historia. Pero a conciencia de que solo se puede abordar la musica desde la propia contemporaneidad.
En ese sentido alguien podria afirmar que el Quinteto Ullmann esta cargado de innovacion porque lo muestra (y demuestra) con su forma de abordar el lenguaje del genero. Pero tambien seria admisible la negacion de ese mismo enunciado. Porque esa novedad no aparece jamas -en ningun recurso, en ninguna articulacion- como una imposicion al oyente o como un acto premeditado.
Alli, en ese punto, una aclaracion necesaria: la conformacion del Quinteto Ullmann es reciente. Debuto en 2019 y luego su circuito de presentaciones -aunque sin interrumpirse- sufrio los vaivenes de la emergencia sanitaria. Sin embargo, si bien se mira, los antecedentes de sus integrantes revelan una trayectoria mayor, cuyas credenciales, por numero y calidad, parecen contradecir la juventud de los musicos.
En cualquier caso, lejos de cualquier arribismo, se trata de cinco musicos formados en las aulas y en los escenarios. En los libros pero tambien con la oreja en los discos. Cinco musicos que, desde la admiracion a los grandes creadores del tango, encontraron, a partir de ellos, el sendero de la originalidad.
Lo dicho puede aplicarse al quinteto en su conjunto como a cada uno de sus integrantes como individualidad. La pianista Leda Torres, de probada experiencia en el arte de la composicion, el arreglo y hasta la investigacion historica, fue la amalgama del quinteto.