Tato Pavlovsky en el prólogo para el libro de Norman Briski "Teatro del Actor" dice: "... los personajes de Copla se unen para no volar al espacio, sostenerse para no volar...."
Reconozco esta sensación de vértigo invertido, de temor de caer hacia arriba, desde un principio Copla me sugirió ideas opuestas a lo convencional o lo que se acepta como válido: contramoralejas, una pareja que no se adapta a códigos conocidos, una historia de amor en donde el desencuentro forma parte de la relación porque es un punto de referencia, algo más que la ausencia del amor o la nada, seres unidos, acoplados, transgrediendo normas, animándose a lo temido, dos que han olvidado o perdido sus respectivas historias, nacidos al encontrarse como "..siameses de sexo opuesto y corazón único..." elementos que producen al juntarse reacciones químicas, se disuelven, producen explosiones, transformaciones.
Dirigir Copla fue desentrañar un texto emocional, salido de las entrañas y el corazón, por eso lo espacial se resolvió haciendo abstracciones, multiplicando sentidos y oponiéndose a lo simbólico establecido.
Fue como armar un juego con tres comodines, decidiendo nuevos órdenes, inventando progresiones, siendo fiel a los personajes que salieron del papel haciendo cuerpo con la idea de la lealtad a la libertad para inventar nuevas formas de amor y de vida.
Elvira Onetto
- 2013-11-25 - Otra obra simbólica en el estilo Briski - 30.06.2005 - lanacion.com (LA NACION)
- 2013-11-25 - Amor y fuga88 (Home | Clarin)