Minúsculo After Office emula los formatos televisivos "documentales" o "cámara en mano" y combina la improvisación y el trabajo actoral sobre guiones detallados. De alguna forma, intenta llegar a un formato teatral en mano, es decir, un travelling y seguimiento permanente fuera de foco de una galería de personajes tan extravagantes como cuando recién nos levantamos y nos miramos al espejo: somos y no somos nosotros.
Apunta al “mundo de la oficina” y a su imaginario partiendo de la base de que los espectadores se han visto vinculados o han tenido relación con una oficina pública o privada ya sea como “público” o como empleados.
La corbata, el tallier, la camisa blanca, el dispenser de agua, el cafecito de pie, la competividad y los chismes de pasillo son los alicientes necesarios, en los componentes primordiales que generan el Big Bang Oficinístico en el cual conviven la gran familia que conforman los trabajadores administrativos y directivos.
Minúsculo After Office nos plantea la inquietud y sospecha de que somos un cúmulo de legajos en un archivador y que los seres humanos habitantes de la Argentina somos más similares de lo que creemos. Sólo nos diferencia un dígito y a veces corremos el riesgo de desaparecer bajo una imprevista mancha de café.