El Rococo

Un sapo que vive en el campo se entera,
porque lo dijo el Cuchi Leguizamón, que él es el inventor del ritmo de la chacarera, en una charla con el pato Ñato decide viajar a Buenos Aires a registrar el ritmo en la ocina de propiedad intelectual.
En la segunda escena vemos que consiguió como medio de transporte a unas vacas que van en camión para la zona de mataderos con futuro incierto.
Allí mismo conoce a un payador que le propone un duelo de payada a cambio de indicarle el camino al obelisco. El sapo como buen compositor le gana y así consigue llegar a Balvanera.