El Señor Puntila y su chofer

Esta obra dogmática escrita en 1940 y estrenada en 1948, cuenta la historia del señor Puntila, un latifundista alcohólico, de viejo linaje, que actúa con generosidad cuando se embriaga, pero es inescrupuloso en estado de sobriedad. Las diferencias de clase cobran una vigencia límpida.

"En la versión estrenada en El Argentino, las doce escenas originales están reducidas a nueve, pero sin alterar lo esencial del sentido de la pieza y evitando, con discreta reducción, que el placer se convierta en tedio. La puesta en escena no exhibe una concepción escénica de particular relieve ni gran imaginación. Como directora, Inda Ledesma, no demuestra las sobresalientes cualidades que se ponen de manifiesto en la parte de Eva Puntila, admirablemente compuesta, llena de gracia y sutileza. Las figuras esenciales están diseñadas con primor, gracias, en parte, a la eficacia de los actores. Así, el Puntila de Miguel Ligero confirma la excepcional aptitud de este intérprete, tan flexible y expresivo, y en esta ocasión, tan inspirado. Igual ponderación merecen, el Matti de Lautaro Murúa, en una de sus mejores interpretaciones y el Attaché de Jorge Rivera López, todos estos delineados con ciertos toques farsescos, que los destacan aún más. Las canciones de las piezas de Brecht son una de las mayores dificultades cuando se presentan en otro idioma. En este caso, la letra se adapta con dificultad a la música y las interpretaciones resultan insulsas y parecen un aditamiento innecesario, cuando en verdad constituyen un aspecto importante de la representación." La Nación