Un ama de llaves mística, su empleadora, una vieja actriz olvidada y atea, y un fotógrafo de opereta que viene a retratarla para la posteridad, conviven durante veinte minutos en la casa de la actriz. Una actriz que no puede dejar de actuar, un ama de llaves que duda entre convertirla y obedecerla, y un fotógrafo ambicioso que sabe lo que quiere. El derecho a vivir bien y su contrapartida, el derecho a morirse de una buena vez, puestos en tela de juicio por el fundamentalismo de una sirvienta que de tanto ayudar al prójimo se vuelve un monstruo, y no titubea ni ante el monólogo de Hamlet.
Ficha técnico artística
Participaciones
- Este espectáculo formó parte del espectáculo: Proyecto Tres - Segunda Función